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#BicisParaLaVidaBySKODA

Bicis para la Vida by ŠKODA desembarca en la aldea de Amarghout

La pequeña población de Amarghout ha sido la destinataria de la última donación de bicicletas del proyecto Bicis para la Vida by ŠKODA, la iniciativa solidaria de la Fundación Alberto Contador apoyada por la firma automovilística checa del Grupo Volkswagen y Fundación Seur. Un total de veinte bicicletas fueron repartidas hace dos semanas entre los niños más necesitados de esta aldea del valle del Tessaout, en el Alto Atlas Marroquí; una entrega que, como en ocasiones precedentes, desató la locura entre la chavalería de esta áspera zona de la provincia de Azilal.

Hafid El Rhadiouini, el interlocutor de la Fundación Alberto Contador en suelo marroquí, fundamental en la planificación de las entregas, había coordinado previamente con el rais de Amarghout quiénes deberían ser los receptores de las donaciones. “No se trata de llegar a nuestro destino, abrir las puertas, sacar las bicis y dejarlas allí, en absoluto”, completa Paco Romero, responsable del proyecto dentro de la Fundación. “Hafid elabora sobre el terreno, y con la colaboración de las entidades locales, una lista. La entrega se hace con nombres y apellidos”. Además, se procura que también sea paritaria. “Es un gesto muy sencillo con el que también promover y educar a los más jóvenes de la zona en la igualdad de género».

“Todas las entregas tienen algo; pero al final coinciden en que al mismo tiempo que ayudas a cubrir una necesidad, también te hacen partícipe de un tiempo de sus vidas, te abren las puertas de su vida”, agradece Susana Pato, gerente del Hotel Princesa de Éboli de Pinto. “Estas entregas, tal ha sido mi experiencia, generan muchísima expectación, una expectación que va en aumento a medida que se acerca la fecha. Dos días antes ya están llamando para saber cuándo llegas. Es una ansiedad bonita. En el camino, antes de llegar al destino, ya te estás encontrando niños que te están esperando. Para ellos no deja de ser una novedad, como si de alguna forma viniera gente de otro planeta. Vienen, están contigo, quieren hacerse una foto. No es que quieran recibir las bicis o el material, no; quieren estar, quieren acompañarte, quieren jugar, quieren pasar el tiempo contigo. E intentan comunicarse como sea, con una mezcla de signos y el poco francés que puedan saber… Como yo suelo decir, interactúan con el corazón. Es un interés natural, de una gran autenticidad”.

Por otro lado, la última expedición solidaria del Bicis para la Vida by ŠKODA también ha sido más compleja que las anteriores. Si en viajes precedentes la climatología adversa de esta zona montañosa planteó algunas dificultades logísticas, en esta ocasión fue el estado de los accesos hasta el poblado. La extrema estrechez del camino en algunos puntos, en una ruta revirada en un entorno de alta montaña, así como el estado del firme, generó algunas incertidumbres sobre la posibilidad de que la furgoneta y su carga pudieran alcanzar su destino. La labor de Ángel López, responsable de la logística del proyecto, y su pericia al volante resultaron fundamentales en el éxito de la empresa. Son entornos complejos a nivel de rutas, con infraestructuras rudimentarias o inexistentes. Un pinchazo en una rueda, siempre y cuando no se cuenten con todos los componentes necesarios para su reparación, puede suponer hasta un día de espera de una grúa. O más aún, toda vez que este viaje se ha desarrollado en pleno Ramadán. Las temperaturas de estos días han sido especialmente altas.

“Este viaje, además, y aunque fuera un periplo de dos días, necesitaba de una buena planificación previa al coincidir con el Ramadán. Era necesario organizar y prever muy bien todo el tema de la gasolina, el abastecimiento del agua, la comida… Desde el Hotel Princesa de Éboli de Pinto nos encargamos un poco de esta intendencia”, explica Susana Pato. Su presencia en este viaje a bordo de otro vehículo junto a Mohammed El Rhadiouini, facilitó la cobertura necesaria para poder afrontar una inspección in situ del terreno y la búsqueda de alternativas para poder concretar con éxito la entrega de todo el material. Durante la misma se vivieron algunos momentos muy cómicos que generaron no pocas sonrisas, como ese adulto que fue a ponerse sus zapatillas nuevas en medio de todo el jolgorio y acabó calzándose dos del pie derecho. O la chica que se montaba en una bici y con el primer beso de la brisa dibujaba en su rostro una sonrisa amplia y sincera. Los anfitriones quisieron reconocer los gestos con té, con dulces, con pan y mantequilla, entre otros. La expedición agradeció las viandas, aunque las rechazó cortésmente debido a la celebración del Ramadán, como muestra de respeto a su ayuno.

“Es muy importante la elección de la aldea. Primero por una cuestión de ubicación, ya que los niños que reciban las bicicletas tienen que usarlas para ir a la escuela. Y si la aldea está cerca del centro educativo o cuenta con transporte, se le va a dar prioridad a otra más alejada”, contextualiza Susana Pato. “Tras la elección, es muy importante que haya una donación por familia y que además éstas lleguen al mismo número de niños que de niñas.  Es una pena, por supuesto, porque hay muchos más niños y niñas, pero es una forma de llegar a las máximas familias posibles. Además, en el momento en el que las niñas son consideradas ya mujeres, y es muy pronto, con 12 o 13 años, su rol cambia y ya no pueden aparecer tanto en público, no pueden mezclarse con los hombres… También hicimos una pequeña entrega de material, que no puede ser fotografiada; una entrega que se efectuó en unas dependencias cubiertas”.

En este último viaje de Bicis para la Vida by ŠKODA de nuevo volvió a aflorar el carácter vehicular del mismo, punto de encuentro y generador de sinergias gracias a las cuales la experiencia también contó con las aportaciones de zapatillas de la marca John Smith, uno de los patrocinadores técnicos de los equipos de la Fundación Alberto Contador, o de donaciones de material efectuadas por el Club Atlético de Pinto de fútbol o el Club Running Pinto de atletismo. “Dana Marketing Solidario nos ayudó a conseguir estas importantes aportaciones. El equipo de fútbol nos dio un material que les viene genial para seguir organizando unas pequeñas liguillas que hacen entre los chicos de las aldeas del valle. El club de atletismo donó un cajón entero con camisetas para niñas y niños”, concluye Pato.